La antigua Jericó

 Se piensa que Jericó, en la actual Israel, fue una de las primeras ciudades del mundo y su historia se remonta hasta aproximadamente 10.000 años a.C. Aparece en la historia por primera vez en la Biblia, donde vemos cómo sus muros caen ante el sonido de las trompetas del ejército de Josué, un acontecimiento fechado en torno al año 1200 a.C.


La ciudad de Jericó es una colina (o tell en árabe) en el margen occidental del valle del río Jordán, cerca del mar Muerto. 

Se encuentra cerca de Ain Musa, una fuente perpetua que en ocasiones se conoce como la Fuente de Moisés.

Cuando en la década de 1950 la arqueóloga británica Kathleen Kenyon excavó el yacimiento, atravesó numerosos estratos, apilados los unos sobre los otros, cada uno de ellos con los restos de un poblado o ciudad antiguos. En el último de ellos, al fondo del todo, encontró un pequeño poblado que fue ocupado por primera vez hace casi 12.000 años.

Los primeros habitantes de Jericó no eran verdaderos granjeros, pues cazaban animales salvajes y recolectaban cereales en la campiña circundante. 

No obstante, al contrario que los primeros cazadores-recolectores, vivían en casas permanentes: unas viviendas circulares semi-enterradas en el suelo y con una única habitación. Fueron esas casas las que crearon la base de la primera Jericó.

LAS MURALLAS DE JERICÓ

El siguiente asentamiento en antigüedad data de hace 10.000 años. Las gentes que vivieron en este poblado ya conocían la agricultura y cultivaban trigo y cebada en los muy fértiles terrenos circundantes. 

El poblado acogía en torno a 500 personas, una cantidad muy elevada para esta época. Los habitantes de Jericó también comenzaron a trabajar juntos para construir grandes estructuras de piedra.

La más impresionante de estas estructuras fue un inmenso muro que rodeaba todo el poblado. Tenía 5 m de alto y 3 m de ancho y fueron necesarias unas 10.000 toneladas (9.070 toneladas métricas) de materiales de construcción para levantarlo. Delante del muro había un foso de 8 m de anchura. En la actualidad, todavía se conservan muchos lienzos del muro.

Como si todos estos logros no fueran suficientes, los habitantes de Jericó también construyeron una sólida torre de piedra justo por dentro del muro. La torre se alza a 11 m de altura y tiene una anchura de 9 m en la base. Para alcanzar su cima, plana, los habitantes del poblado construyeron una escalera. Edificaron la torre tan bien que todavía sigue en pie, 10.000 años después.

Algunos arqueólogos creen que esos primeros granjeros construyeron el muro y la torre para proteger el poblado contra los ataques enemigos. 

Otros piensan, por el contrario, que la intención del muro pudo haber sido la protección del poblado contra las inundaciones, teniendo la torre algún tipo de significado ritual. Cualquiera que fuera su función, se trata de espectaculares ejemplos del primer trabajo de la piedra.

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