El roto que engaño al diablo
Leyenda urbana: El roto que engaño al diablo. El Diablo es tan diablo, que hasta los más malvados le temen. Es que nadie se atrevía con el Diablo, hasta que cierta vez, hace mucho, muchísimo tiempo, se encontraba un roto (persona pobre de malas costumbres) chileno. Bartolo era un huaso joven que todo le salía mal en ese año: en otoño se le helaron sus cultivos y en invierno se le inundó el sembrado. De pura flaca se murió su vaca. Así que Bartolo dejó el yugo, el arado, la rastra y el rastrón, y partió en busca de mejor suerte. Tenía familiares en la costa que eran pescadores. «Pero si yo no conozco el mar», se dijo a sí mismo el pobre Bartolo. «Ser minero debe ser más fácil», y se encaminó a los lavaderos de oro, en donde se decía que las pepitas de oro eran abundantes como chicharrones en un plato de porotos. Pero no encontró oro. Volviendo triste a casa, se preguntaba cómo podría resolver sus problemas económicos. Tenía miedo, pero más que miedo, vergüenza de volver a su familia sin