La mansión embrujada: amor y tragedia

En la ciudad de Corrientes hay una mansión ubicada en la calle 25 de Mayo que está embrujada. Cuenta el “correntino de a pie” que, cuando cruza por la vieja casona de estilo francés, observa una extraña luminosidad blanca en las dependencias de ese edificio. ¿Fantasmas? Posiblemente, ¿pero de quiénes?


casona abandonada viene con una historia trágica, cuyo origen nos remonta a principios de la década del 20. En mayo de 1922, Fernando Pampín y Ana María Meade se casan. Esta unión está lejos de pasar desapercibida, ya que ambos pertenecen a las familias más ricas y poderosas de Corrientes. Toda la provincia festeja la unión de este novel matrimonio. Es tanta la felicidad que la familia Meade les obsequia la enorme mansión para que los dos jóvenes vivan allí para siempre.

El plan era que, luego de que Fernando y Ana María regresaran de su luna de miel por Europa, habitaran la casa. El problema es que nunca lograron poner un pie en el viejo continente. Tuvieron que regresar… muertos. 


Por causas desconocidas, Fernando y Ana María fueron victimas de la tragedia. ¿Accidente? ¿Mala suerte? Tal vez, nunca lo sabremos. Lo cierto es que esta unión sagrada no arrancó nada bien para ambos. La noche de bodas, por ejemplo, bajo una lluvia torrencial, los novios fueron a la quinta de los Pampín. Pero no pudieron ingresar, porque, al llegar al portón, la llave no entraba en la cerradura. El motivo era que extrañamente habían llevado el llavero incorrecto. No era el de la quinta, sino el del panteón familiar en el cementerio de Corrientes.

La noche de bodas no continúo mejor. Antes de viajar a Europa, los jóvenes decidieron hacer una parada previa en el hotel Cataratas del Iguazú. Su barco tampoco llegó allí. Durante la madrugada del 4 de junio se desató un feroz incendio sobre la embarcación. Fernando y Ana María, junto a 70 tripulantes más, murieron en él.











Sin embargo, lo misterioso viene después. Tremendamente afectada por la tragedia, Ana Reguera de Meade, madre de Ana María, tomó una drástica decisión. La casona de 25 de Mayo y La Rioja jamás sería habitada por una familia. El pedido se cumplió al pie de la letra. Con el paso del tiempo, la propiedad acogió todo tipo de emprendimientos comerciales, más nunca una familia.

Hoy, la mansión de los Meade-Pampín está deshabitada. Sin embargo, hay quienes aseguran que, algunas noches, una luz parece ingresar al inmueble atravesando las paredes. Tal vez, Fernando y Ana María estén usando su regalo de bodas después de todo.






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